domingo, 27 de mayo de 2012



JUANA AZURDUY




[AZURDUY.jpg]



Seguramente una de las mujeres que mejor expresó las luchas revolucionarias por la independencia, que en más de un sentido rompió los moldes de su época.
Ya desde su origen salía fuera de lo común. Su padre Matías Azurduy, descediente de una familia hidalga, de Navarra, era propietario de una hacienda en Toroca, provincia de Chayanta, cercana a la ciudada de Chuiquisaca. Sin embargo estaba casado con Eulalia Bermudes, que era mestiza, lo que en la conservadora sociedad alto peruana era una rareza. Más lo fue que, pese a esa "mancha de linaje", Juana recibiese instrucción de primeras letras y catecismo en la parroquia de Santo Domingo.
La querida Juana había nacido en 1780, en plena revolución andina de Tupác Amaru y Micaela Bastidas y de Túpac Katari y Bartlina Sisa. Desde chica aprendió a hablar, junto al español, las lenguas de su tierra. y el aymara y el quechua. La vida empezó a pegarle temprano. A los 7 años quedó huérfana y unos tíos paternos pasaron a ser sus tutores.. Parece que la niña ya pintaba rebelde, y en 1797 su tía la internó en el convento de las Teresas de Chuiquisaca. La muchacha, descripta como "cobriza" en la jerga racista de entonces, muy rápido chocó con las monjas, que a los pocos meses la expulsaron. Pese a su minoridad, regresó a Toroca, a hacerse cargo de la hacienda heredada de su padre, y allí estableció relación la familia Padilla, otro caso fuera de lo común. Melchor Padilla, antiguo amigo de su padre, hbía pagado la osadía de de colaborar con la rebelión indígena con la cárcel y el destierro a Buenos Aires, donde habia muerto en 1874. La casa de los Padilla estaba a cargo de su viuda, Eufemia Gallardo, que propició el noviazgo de Juana con uno de sus hijos, Manuel Ascencio. Se casaron en 1805 y con los años vendrían cuatro hijos.
Juana y su marido eran revolucionarios desde la primera hora.En 1809, durante las revoluciones en Chuiquisaca y La Paz, apoyaron el movimiento, acudillando  a los "indios2 de Cayanta para impedir el aprovisionamiento de las fuerzas de la represión virreinal.Manuel vivió escapando mientras que Juana tuvo que encarar a las partidas que venían a cumplir la orden de captura dictada por el sanguinario jefe realista Vicente Nieto. La situación cambió al llegar las tropas de la primera expedición al Alto Perú. Padilla salió de su "clandestinidad" yse sumó a las fuerzas revolucionarias, como comandante de milicias de una amplia zona en torno a Chuiquisaca. Tras la derrota de Huaqui, los realistas lograron rodear su casa, en la que Juana resistió como pudo junto a sus hijos, hasta que Padilla, en una acción absolutamente temeraria que lo pintaba de cuerpo entero, logró liberar a su familia.
Manuel organizó en la zona de Cochabamba una tenaz guerra de guerrillas para demorar el avance de los realistas y permitir la retirada del Ejército del Norte. Poco tiempo después de esta ofensiva guerillera regresó al Alto Perú con las avanzdas de la seguna expedición, comandada por Belgrano, en 1813. Padilla pudo reencontrarse con Juana, que se sumó a la lucha.
Tras la derrota de Ayohuma, todo parecía perdido para los patriotas, pero Juana y su marido organizaron batallones guerrilleros que, bajo el mando superior del general álvarez de Arenales, llevaron adelante la resistencia en aquel Alto Peru dominado nuevamente por el enemigo. La pareja de gurrilleros defendió también a sangre y fuego el avance español la zona comprendida entre Cochabamba norte y las selvas de Santa Cruz de la Sierra. El término "guerrillero" que puede sonar setentista, es aquel que usaba el fundador de la Nación, Bartolomé Mitre, insospechable de tal cosa hasta por cuestiones cronológicas. En su muy interesante trabajo Las Guerillas en el Norte, don Bartolomé describe el sistema de combate y gobiernoconocido como las "republiquetas" que consistía en la formación, en las zonas liberadas, de centros autónomos a cargo de un jefe político-militar.
Hubo caudillos que comandaron igual número de republiquetas. La temeridad de stos jefes revolucionarios y la crueldad de la lucha fue tal que sólo sobrevivieron nueve de ellos. Quedaron en el camino jefes notables, de un coraje proverbial, extraordinarios patriotas como Ignacio Warnes, Vicente Camargo o el cura Idelfonso Muñecas.
Allí andaba la hermosa, en más de un sentido, Juana con chaquetilla roja con franjas doradas y sombrerito con plumas azules y blancas en honor a la bandera de su querido general Belgrano, luchando a diestar y siniestra para defender la aptria. Así salvó a su marido, que había caído prisionero en febrero de 1814, en una operación relámpago que dejó sin rehenes y sin palabras al enemigo.
Los métodos de Juana y su compañero generaban desconfianza en los "doctores de Buenos Aires", como los llamaba Guemes. Padilla le escribía sin vueltas al general Rondeau:
      (...) vaya seguro Vuestra Señoría de que el enemigo no tendrá un solo momento de quietud. Todas las provincias se moverán para hostilizarlo; y cuando a costa de hombres nos hagamos de armas, los destruiremos. El Peru será reducido primero a cenizas que a voluntad de los españoles.
Juana lo fue perdiendo todo, su casa, su tierra y cuatro de sus cinco hijos, Manuel, Juliana, Mariano y Mercedes, en medio de la lucha.  Parió a su quinta hija, Luisa, en 1815, en medio de feroces combates. No tenía nada más que su dignidad, su coraje y la firme voluntad revolucionaria. Por eso, cuando los Padilla estaban en la más absoluta miseria y un jefe español intentó sobornar a su marido, Juana le contestó enfurecida:"La propuesta de dinero y otros intereses sólo debería hacerse a los infames que pelean por mantener la esclavitud, mas no a los que defendían su dulce libertad, como él lo haría a sangre y fuego".
Lamentablemente Manuel Padilla cayó al libara a Juana de ser capturada por los realistas. Fue en Viluma el 14 de setiembre de 1816. Venían contentos porque les estaban haciendo la vida imposible a los invasores, pero sabiendo que les venían pisando los talones. Manuel vio que estaban por capturar a su compañera y se jugó la vida. Logró salvarla pero murió en combate junto a una compañera. Los enemigos exhibieron la cabeza de los dos guerrilleros en una pica, pensando que la mujer era Juana. Pero ella malherida y con un dolor en su corazón, logró partir jurando venganza. Se puso al frente de la guerrilla y ahora podía vérsela vestida de negro, luchando sin tregua. El reconocimiento llegará de la mano de Belgrano, que nombró a la "amazona Juana Azurduy" teniente coronel de Milicias de los Decididos del Perú.
Juana y su gente marcharon hacia el sur para unirse a las fuerzas de Guemes. Tras la muerte del caudillo, permaneció en Salta y desde allí escribió en 1825 esta conmovedora y tremendamente digna carta a las autoridades de la provincia:

           A las muy honorables Juntas Provinciales:
           Doña Juana Azurduy, coronada con el grado de Teniente Coronel por el  Supremo
           Ejecutivo Nacional, emigrada de las provincias Charcas, me presento y digo: Que para concitar la 
           compasión de V.H. y llamar vuestra atención sobre mi deplorable y lastimera suerte, juzgo inútil re-
           correr mi historia en el curso de la Revolución(...) Aunque animada de noble orgullo tampoco re-
           cordaré haber empuñado la espada en defensa de tan justa causa(...) La satisfacción de haber
           triunfado de los enemigos, más de una vez deshecho sus victorias y poderosas huestes, ha saciado
           mi ambición y compensado con usura mis fatigas; pero no puedo omitir el suplicar a V.H. se fije en
           que el origen de mis males y de la miseria en que fluctúo es mi ciega adhesión al sistema patrio.
           (...) Después del fatal contraste en que perdí a mi marido y quedé sin los elementos necesarios para 
           proseguir la guerra, renuncié a los indultos y als generosas invitaciones con que se empeñó en atraer-
           me al enemigo.
           Abandoné mi domicilio y me expuse a buscar mi sepulcro en un país desconocido, sólo por no ser 
           testigo de la humillación de mi patria, ya que mis esfuerzos no podía acudir a salvarla. En este estado 
           he pasado más de ocho años, y los más delos días sin más alimento que la esperanza de restitirme a
           mi país (...) Desnuda de todo arbitrio, sin relaciones ni influjo, en esta ciudad no hallo medio de pro-
           porcionarme los útiles y viáticos precisos para restituirme a mi casa(...) Si V.H. no se conduele de la
           viuda de un ciudadano que murió en servicio de la causa mejor, y de una pobre mujer, que a pesar 
           de su insuficiencia, trabajó con suceso a ella(...).
La provincia de Salta le entregó cuatro mulas y cincuenta pesos para que volviera a su tierra natal, que había
proclamado su independencia, a reencontrase con Luisa, la única hija que le dejó la guerra. Allí se entrevistó con los libertadores Sucre y Bolívar, fundadores de la nueva república. Bolívar-en uno de los pocos actos de gobierno como presidente boliviano- firmó el decreto que estableció en favor de Juana Azurduy una pensión que, como ocurrirá con tantos otros combatientes de la independencia, muy pocas veces cobrará. 
Juana, la máxima heroína de nuestra independencia, morirá a los ochenta y dos años un 25 de mayo, cuando el calendario recordaba ya lejanamente la fecha de las revoluciones de Chuiquisaca y de Buenos Aires, totalmente olvidada en la más injusta pobreza.








domingo, 29 de abril de 2012


EL ASESOR PEDAGÓGICO


La función de asesoramiento y supervisión pedagógica tiene como propósito promover en los docentes hábitos de reflexión y autoevaluación vinculados a la práctica de la enseñanza, con el objeto de mejorar la calidad del aprendizaje de los alumnos.
Esta función puede ser ejercida por los directivos de la escuela, los coordinadores pedagógicos, los coordinadores de departamento o de área temática, un director de estudios, los mismos docentes o bien una unidad organizacional especializada. Independientemente  de quiénes tomen a su cargo la función, lo importante es que existan promotores, estímulos, espacios para sistematizar su ejercicio, promover acompañar el cuestionamiento autónomo, y para dar lugar a perspectivas integradoras. El ejercicio de esta función implica la disponibilidad de saberes especiales para suministrar información y facilitar nexos que permitan un permanente enriquecimiento de la tarea, promoviendo el despliegue satisfactorio de la diversidad dentro de la necesaria coherencia del proyecto institucional.

La escuela como espacio de aprendizaje



A la hora de conceptualizar la práctica como asesoramiento resulta algo difícil seleccionar el punto de partida. Está claro que el propósito de dicha función es promover en los docentes hábitos de reflexión con respecto a la práctica de la enseñanza, para estimular un mejor aprendizaje en los alumnos.
La autora  Paula Pogré cree que se debería partir de la idea de que al hablar del asesoramiento estamos suponiendo que existe una visión compartida sobre cuál es el objetivo para el que convoca la escuela. Porque es diferente si estamos en la escuela sólo para trabajar algo o si pretendemos trabajar para que los alumnos aprendan.
A veces ella se pregunta qué autoridad tienen los asesores, para promover a los docentes la problematización de sus prácticas. Eso es lo obvio, pero no siempre ésta vuelto a pensar, vuelto a decir y vuelto a constituir como pilar de toda la construcción posterior. Así como frecuentemente se manifiesta el desplazamiento de los fines por los medios. Si se dice que la escuela está  porque los chicos tienen que aprender determinadas cosas, pero además le damos sentido y una connotación ideológica y teórica a lo que significa aprender, recién entonces el trabajo con los profesores podrá tener que ver con eso. Porque podríamos ejercer múltiples acciones, por ejemplo, para que los docentes se sientan más a gusto trabajando en la institución, para que puedan enriquecer sus prácticas con diversas tecnologías, o quizá para hacerlas más atractivas o divertidas, pro todo eso no nos sirve de nada si no podemos verificar empíricamente que, a través de ellas, los alumnos aprenden mejor.
Laura Duchatzky dice al respecto, que debemos estar de acuerdo en que este pre-supuesto debe ser compartido, y que debe dejar de ser implícito y obvio, para entrar en el plano explícito y analítico de una visión compartida. Porque si lo mantenemos tácito se corre el riesgo de alejarnos y olvidarnos de ‘el.
La reflexión sobre la práctica docente sólo tiene sentido si existe un acuerdo explícito sobre la finalidad de la escuela como espacio de aprendizaje de los alumnos.
Este acuerdo explícito y los análisis resultantes nos permitirán mejorar la intencionalidad de la enseñanza y actuar sobre ella más conscientemente para que los alumnos aprendan mejor.
Después se puede definir qué  cosas enseñamos y qué peso le asignamos a cada cosa; si mayor o menor peso a la enseñanza de las ciencias, de la historia, de los derechos y deberes ciudadanos, etc. No hay que desconocer que en la escuela se aprenden muchos otros contenidos además de lo que explícitamente nos proponemos enseñar, ero estas otras cosas, son el contexto del texto. Y el texto es lo que intencionalmente nos proponemos y proyectamos enseñar a loa alumnos.
Cuando habla de contexto Pogré habla de los contenidos que explícitamente nos proponemos enseñar. Para ella currículo es todo lo que pasa en la escuela y sabemos que en la escuela se aprenden también contenidos no explícitos. A esto último se refiere cunado habla de contexto. El reflexionar sobre el contexto permite buscar líneas de coherencia. Por ejemplo, si creemos que en la escuela secundaria se debe aprender a valorar la opinión del otro y a participar cooperativamente en un grupo, se programaran dispositivos y actividades que permitan el ejercicio de tales contenidos. Con esto nos esta diciendo que hay que legalizar la intencionalidad, es decir transformar en texto, ciertos aspectos del contexto. Preguntarnos qué contenidos estamos ensenado detrás de los que decidimos enseñar, tanto en el aula como fuera de ella, podremos decidir nuestras líneas de acción.
El rol que juega la función del asesoramiento tiene como propósito fundamental, la búsqueda de coherencia. A partir de una visión de conjunto y una posición relativamente externa respecto del escenario de las clases, el asesor puede prever una perspectiva más abarcadora y actuar como catalizador-facilitador en la generación y desarrollo de nexos entre áreas, profesores, dimensiones, contenidos y proyectos.

LA FINALIDAD Y LA NATURALEZA DEL ASESOR PEDAGÓGICO

LOS APORTES DEL ASESOR PEDAGOGICO


A veces es tanta la preocupación por proyectar la imagen de innovación y por capacitar a los docentes en la utilización de tecnologías novedosas que se corre el riesgo de olvidar que los alumnos tiene que  aprender determinados contenidos en un tiempo que está marcado por los ciclos lectivos. Es aquí donde los asesores cumplen un rol importante.
Quienes vienen del campo de la pedagogía tienen cierta propensión a experimentar las innovaciones y frecuentemente tienden a olvidar la cuestión escolar. Una propuesta innovadora puede adquirir sentido siempre y cuando la situemos en función del eje: los chicos aprenden más y mejor las cosas que queremos enseñarles. Cunado dice más y mejor- Pogré- se refiere a una concepción  cuanti-cualitativa del aprendizaje, de apropiación del alumno de contenidos culturales construidos socialmente, de una manera fértil, transformadora, motivadora y generadora de nuevos aprendizajes. A veces el cambio no pasa por incorporar elementos de última moda, sino por repensar el trabajo todos los días.
Las preguntas del asesor pedagógico serían entonces: ¿cómo podemos contribuir a que los docentes experimenten la necesidad de preguntarse, reflexionar y problematizar su práctica? ¿Cómo podemos contribuir a que los docentes develen y descubran sus propias necesidades?
El asesoramiento pedagógico es un trabajo compartido entre dos profesionales. Como el docente es un profesional que está frente a los alumnos debe disponer de suficiente autonomía y poder de decisión en el ejercicio de su rol.
Tal autonomía debe ser compatible con la identidad del proyecto institucional de la escuela, configurado por los proyectos de cada docente en un marco consensuado que les da unión y coherencia.



FUNCIONES DEL ASESOR PEDAGÓGICO


Colaborar con el Rector/ Vicerrector en la elaboración de criterios que orientan la planificación, ejecución y evaluación de la tarea institucional para asegurar un asesoramiento continúo y sistemático.

Promover y coordinar la ejecución de los Proyectos Específicos, orientados al desarrollo del Currículo.


Orientar a los coordinadores o Jefes de Áreas curricular y docentes en la planificación, conducción y evaluación de los aprendizajes.

Asesorar a los coordinadores de áreas para el trabajo interdisciplinario, ayudando a que las áreas se conviertan en verdaderos equipos de trabajo.


Trabajar conjuntamente con los profesionales que conforman el equipo de Orientación y Tutoría, coordinando acciones que tiendan a elevar la calidad educativa.

Vehiculizar las observaciones y sugerencias que produzca el Equipo de Conducción para promover la retroalimentación de la acción pedagógica.


Integrar el Consejo Consultivo conforme a las funciones conferidas por Resolución N 504/93 S.E.

Coordinar acciones que tiendan a la construcción de vínculos sociales solidarios y democráticos, tomando a la Escuela como creadora de “Lazo social”.


Vehiculizar la comunicación para facilitar los vínculos entre pares, docentes y familias.

Además deberá tener condiciones para:
Establecer un vínculo positivo con la Escuela, alumnos/familias y demás integrantes de la comunidad educativa.
Adaptarse a situaciones nuevas y a las características y tiempos de aprendizaje de los alumnos.
Actuar creativamente, y buscar los recursos necesarios para la solución de los problemas que se presenten.
Escuchar y comunicar con claridad sus ideas.
Trabajar en equipo.
Asumir un compromiso social.



INGRESO CON REQUISITOS PARA EL ASESOR PEDAGÓGICO DE ESCUELAS DE REGIMEN DE PROFESOR POR CARGO. (Decreto N 2521).

Artículo 172: para aspirar al cargo de Asesor Pedagógico en establecimientos de Enseñanza Media dependientes de la Dirección de Educaron Polimodal y/o superior, se establecen los siguientes títulos:

A) Docentes:
Profesor, Profesor de Enseñanza secundaria, Profesor Superior, Profesor de Enseñanza Secundaria, Normal y Especial, Profesor de Enseñanza Media, Secundaria, Normal, Especial o Técnica, que acredite las siguientes especialidades:

En Pedagogía y Filosofía:
En Filosofía y Pedagogía;
En Psicología y Ciencias de la Educación
En Filosofía, Pedagogía y Latín;
En Pedagogía y Psicología;
En Filosofía;
Psicopedagogía;
En filosofía y Pedagogía;
En Pedagogía;
En Ciencias de la Educación;
En Pedagogía y Psicopedagogía;
En ciencias de la Educación con Orientación en Psicología Educacional.
Y Títulos homólogos reconocidos.

Estos títulos deberán reunir los requisitos establecidos en el Artículo 217 del presente instrumento legal.

B) HABILITANTE:

Licenciado, cuatro  (4) anos de estudio como mínimo; o
Doctor en Ciencias de la Educación o Ciencias Pedagógicas equivalentes siempre y cuando no tuviere el título de Profesor de Ciencias de la Educación.

Artículo 173: Para aspirar al cargo de Asesor Pedagógico en establecimientos de nivel medio dependientes de la Dirección de Educación Polimodal y/o Superior se exigirán los siguientes requisitos, los cuales deberán acreditar los postulantes a la fecha de cierre de la convocatoria a inscripción:

A) Antigüedad en la docencia de seis (6) anos al frente de cátedra, de los cuales cinco (5) deber corresponder al Nivel Medio o por lo menos dos (2) anos (períodos no inferiores a siete (7) meses en el desempeño del cargo al cual aspira.
B) Haber merecido concepto no inferior a muy bueno en los últimos tres (3) anos calendarios anteriores al cierre de inscripción o en su defecto el ochenta (80) por ciento del máximo de puntos a adjudicar por esos Conceptos.
C) Haber dirigido y/o coordinado y/o dictado y/o aprobado Cursos de Perfeccionamiento en materia de Fundamentos de la Educación y conducción del aprendizaje, dentro de los últimos cinco (50 anos ala fecha en que el aspirante se inscribe en el concurso. Se exceptúa de este requisito al postulante que se haya desempeñado en el cargo al cual aspira en los dos (2) anos calendarios (periodo no inferior a siete (7) meses anteriores al cierre de inscripción.

Artículo 174: en caso de igualdad de puntaje en las credenciales para el cargo de Asesor Pedagógico, el desempate se efectuará en el orden excluyente establecido en el Articulo 154 del presente Instrumento legal.
Se deja establecido que en caso de no cubrirse el cargo con la credencial de puntaje correspondiente, se procederá a designar por articulo 80 con título docente al aspirante perteneciente al establecimiento convocante, que acredite una antigüedad mínima de seis (6) anos en esa Institución y Cursos específicos para el cargo. Esta designación se efectuará con carácter de suplente a término fijo, hasta la culminación del período lectivo.

Artículo 175: para acceder a la Titularidad del cargo de Asesor Pedagógico, los aspirantes deber reunir los siguientes requisitos:

1- Poseer la credencial de puntaje para el cargo.
2 -Tener aprobado el sistema de oposición específico (ver capitulo XXIII- ARTICULO 246)
3- Acreditar fehacientemente condiciones de salud psico-físicas acordes con las funciones inherentes al cargo que se aspira, mediante certificado otorgado por Organismos Oficiales de Salud.
4- No encuadrase en algunas de las situaciones que a continuación se detallan:
Haber reunido las condiciones para obtener los beneficios de la jubilación con el máximo de haber;
Encontrase parcialmente jubilado;
Registrar sanción disciplinaria de mayor gravedad que la de apercibimiento o encontrarse bajo instrucción sumaria en trámite en los últimos diez (10) anos calendarios anteriores al cierre de inscripción.
5- En caso de igualdad en la evaluación de los aspirantes que aprueben el sistema de oposición específico, el desempate se efectuará con la credencial de puntaje que acredita para el cargo.


lunes, 12 de marzo de 2012

ERIK ERIKSON



 

ERIK ERIKSON ALEMANIA 1902, 1950 INFANCIA Y SOCIEDAD.

 


 

En este libro expone una teoría psicosocial del desarrollo que describe las etapas cruciales en la relación entre individuo y el mundo social, basándose en la interacción entre la biología y sociedad.
Amplió la teoría freudiana sobre la sexualidad infantil, concentrándose en el desarrollo del niño en la pubertad.
Erikson creía que la personalidad humana no sólo viene determinada por las experiencias de la infancia, sino también por las experiencias adultas.
Proclamaba: "Si todo vuelve a la infancia, entonces todo es culpa de otro, y se socava la posibilidad de adquirir responsabilidades por uno mismo".

 

 
EL PRINCIPIO EPIGENÉTICO.

 
El principio epigenético, sostiene que el desarrollo se produce a través de etapas secuenciadas y claramente definidas y que cada etapa debe ser resuelta satisfactoriamente para que el proceso se desarrolle con suavidad.
Según el modelo epigenético, si no se produce una solución favorable en cualquiera de las etapas, todas las etapas posteriores reflejarán ese fracaso en forma de desajuste físico, cognitivo, social o emocional.
Durante el desarrollo, un individuo puede lograr superar cada una de las etapas, alcanzando una resolución favorable, por lo que se encuentra en mejores condiciones para pasar a la siguiente.
O de lo contrario, debido a carencias de distinto tipo, no logra resolverla satisfactoriamente. Es por eso que el lector va a ver que cada etapa tiene una denominación positiva de resolución adecuada, adaptativa, y también, como contrapartida, otra negativa de déficit o disadaptativa

ETAPA 1

 
CONFIANZA BASICA 0 A 1 AÑO VS DESCONFIANZA BASICA.

 

 
LA CONFIANZA FRENTE A LA DESCONFIANZA ES LA PRIMERA CRISIS A LA QUE DEBE ENFRENTARSE EL NIÑO.

 
Erikson escribió en CRECIMIENTO Y CRISIS DE LA PERSONALIDAD SANA:

 
"C OMO UN PRIMER COMPONENTE DE LA PERSONALIDAD SANA ESTABLEZCO UN SENTIDO BÁSICO DE CONFIANZA, QUE CONSIDERO LA ACTITUD HACIA UNO MISMO Y HACIA EL MUNDO QUE SE DERIVA DE LA EXPERIENCIA DEL PRIMER AÑO DE VIDA.

 
La confianza es la expectativa de que las necesidades de uno van a ser atendidas y que se puede confiar en el mundo y en los otros.
Coincide con la etapa oral del desarrollo, en la que la boca es la zona más sensible del cuerpo.
Localizando el pezón, mamando y alimentándose, el niño satisface sus primeras necesidades.
La madre inductora de confianza, que atiende a esas necesidades asiduamente, establece la base para las futuras expectativas positivas sobre el mundo del niño.
Erikson añadió el término sensorial (oral-sensorial) porque el padre también atiende los sentidos del niño-vista, gusto, olfato tacto, oído.
A través de esta interacción, el niño, o bien desarrolla un sentido de confianza en que sus deseos van a ser satisfechos o, si su madre no está atenta, desarrolla un sentido de falta de confianza.
Crisis oral: Se produce hacia la segunda mitad del primer año. Es el momento del desarrollo de la dentición y la aparición del impulso de morder. El niño empieza a progresar desde la simple pasividad hacia la actividad. Si el niño muerde demasiado fuerte, sin embargo, el pezón se retira. Las respuestas de la madre vienen determinadas en parte por el comportamiento del niño, y el niño comprende que debe aprender a controlar el ansia de morder.
Como resultado de ello, el niño se da cuenta de que puede influir sobre el entorno, y comienza a desarrollar un sentido de sí mismo individual y separado. El destete se suele iniciar al final de esta etapa. Esta separación es la base del sentimiento de pena, nostalgia y añoranza. Sin embargo, si la confianza básica es fuerte, el niño desarrolla un sentido de esperanza, optimismo y confianza.
Una madre cariñosa y amable-o sustituto- que proporcione una buena atención uniforme y buena es la esencia para el desarrollo de la confianza. El primer logro social del niño es permitir que la madre salga de su campo visual, sin experimentar por ello una ansiedad o cólera inapropiadas. Esto es posible porque la madre se ha convertido en una certeza interna en la representación mental del niño.
Se puede establecer un paralelismo con el concepto de permanencia del objeto de Jean Piaget, y al concepto de constancia del objeto de Margaret Mahler, en el que el niño tiene una representación mental de la madre como algo fiable y estable.

 
ETAPA 2

 
AUTONOMÍA 1 A 3 AÑOS VS VERGÜENZA Y DUDA.

 
La autonomía se refiere al sentido del control del niño sobre sí mismo y sus impulsos. El niño que empieza a andar alcanza el sentido de la separación de los demás. Suele empezar a utilizar

 
palabras como "yo", "tu", "me" y "mío". Puede elegir entre retener o dejar salir, cooperar o no. O bien guarda las heces (retener) o bien las evacua (dejar salir); ambos comportamientos producen efectos en la madre. Coincide con la fase anal de Freud.
En el segundo año de vida, los niños aprender a caminar solos, a alimentarse, a controlar el esfínter anal y a hablar. Esta madurez muscular es la que le da tono a esta fase del desarrollo. Si los padres le permiten funcionar con cierta autonomía y le apoyan sin protegerlo en exceso, el niño gana confianza en sí mismo y siente que es capaz de controlarse a sí mismo y al mundo.
Pero sí se le castiga por autónomo o se le controla en exceso, se siente enojado y avergonzado. Si los padres manifiestan su agrado cuando el niño da muestras de autocontrol, crece su autoestima y se desarrolla un sentimiento de orgullo. Con el excesivo control paterno o la pérdida de control por parte del niño, aparece un sentimiento de duda y vergüenza. La vergüenza implica que unos se sienten despreciado por el mundo exterior. Incrementa el sentimiento del, niño de creerse tan pequeño como cuando se puso por primera vez de pié.
Al sentirse empequeñecido, es fácilmente avergonzado por experiencias parentales pobres.

 

 
ETAPA 3

 
Iniciativa 3 a 5 años vs. Culpabilidad.

 
Esta etapa corresponde a la fase fálica- edípica de Freud. El sentimiento de curiosidad sexual creciente se manifiesta en juegos de grupo de significado sexual, o en tocamientos de los propios genitales o los de sus compañeros. Si los padres no dan demasiada importancia a este hecho los impulsos acaban siendo reprimidos naturalmente (fálico-edípica de Freud), para volver a aparecer en la adolescencia como parte esencial de la pubertad.
Si los padres conceden demasiada importancia a estos impulsos, (citado por Eric Ericsson, si te lo ticas el médico te lo va a cortar)el niño puede resultar inhibido sexualmente, o fijado en esta etapa del desarrollo psicosexual.
Debemos tener en cuenta que cuando el niño es reprimido por determinada conducta sexual infantil, no sólo estamos frenando el desarrollo de la sexualidad hacia la madurez, sino que estamos dificultando el desarrollo de toda su personalidad.

 
Cuando el niño se va acercando al final del tercer año, es capaz de iniciar actividades motoras e intelectuales. Esta iniciativa se puede reforzar dependiendo del grado de libertad física de la que él niño disfruta y de la calidad de satisfacción de su curiosidad intelectual. Si al niño se le hace sentir inadecuado sobre sus comportamientos o sus intereses, puede acabar este período con un sentimiento de CULPA por su actividad individual. Los problemas con la iniciativa pueden dificultar al niño la posibilidad de experimentar por completo, y pueden interferir en su sentido de ambición, que se desarrolla durante esta etapa.
El niño es capaz de moverse independientemente hacia el final de esta etapa. Aprende a interactuar con los demás. Si las fantasías agresivas se han controlado eficazmente (sin castigarlas ni potenciarlas), el niño podrá desarrollar un sentido de iniciativa y ambición.

 
Al final de esta etapa ya se ha establecido la conciencia del niño (superyó de Freud). La conciencia moral. El niño aprende no sólo que existen límites para el comportamiento personal, sino que, además, los impulsos agresivos pueden expresarse de maneras constructivas, mediante competiciones sanas, juegos y juguetes. El desarrollo de la conciencia establece el clima propicio para el sentido moral de lo correcto y lo incorrecto.

 
Si las crisis de iniciativa se resuelve satisfactoriamente, aparece un sentido de responsabilidad, seriedad y autodisciplina.


 
ETAPA 4

 
Laboriosidad 6 a 11 años vs. Inferioridad.

 
Esta etapa coincide con el período escolar, durante el cuál el niño empieza a participar en un programa organizado de aprendizaje. Es el equivalente al período de latencia de Freud.

 
La laboriosidad, la capacidad de trabajar y de adquirir destrezas adultas, es la clave de esta etapa. El niño aprende a que es capaz de hacer cosas y lo que es más importante, que es capaz de dominar y acabar una tarea. Con las normas el niño desarrolla un sentido del deber a expensas de su deseo natural de trabajar.
El niño productivo aprende el placer de completar un trabajo y el orgullo de saber las cosas bien.

 
Los buenos padres y profesores que animan al niño, son la mejor protección contra el sentimiento de inferioridad (latencia de Freud). Mientras que Freud cargaba la mayor parte de la responsabilidad del desarrollo del niño sobre las espaldas de sus padres, Ericsson llamaba la atención sobre el hecho de que las situaciones sociales positivas pueden contrarrestar la falta de apoyo paterno.
Por el contrario, un entorno escolar que denigre o desanime al niño pude provocar un descenso en su autoestima, incluso cuando sus padres recompensen su laboriosidad en casa. Aquí vemos que tanto en las familias como en la escuela se construyen las bases de la personalidad de los miembros de una sociedad.

 
Preguntémonos entonces ¿Cómo está la institución Familia?, ¿Cómo está la Escuela?.
ETAPA 5

 
Identidad 11 hasta el final de la adolescencia vs. Difusión de Roles.

 
La tarea fundamental de este período, que coincide con la pubertad y la adolescencia, es desarrollar el sentido de identidad.
La identidad puede definirse como los características que establecen lo que es una persona y hacia donde va.
La identidad sana se construye sobre la superación satisfactoria de las etapas previas. Confianza, autonomía, iniciativa y laboriosidad, tienen mucho que ver con el sentido de identidad. La identificación con padres sanos favorece la tarea.

 
La identidad significa solidaridad interior con las ideas y valores del grupo social. El adolescente vive una especie de moratoria entre la infancia y la madurez; durante esta moratoria se ponen prueba distintos roles. Es posible que el adolescente haga varios inicios falsos antes de decidirse por una ocupación, o puede incluso abandonar los estudios, para volver a incorporarse a ellos más adelante. Los valores morales pueden cambiar pero al final se ha consolidado un sistema ético en un marco organizativo coherente.

 
"Cuando la sexualidad del hombre madura en la pubertad, aquel aún no está preparado para formar una pareja o tener un hijo. De hecho, cabe preguntarse en realidad si la realidad temprana en el uso directo de su sexualidad haría al hombre más libre como persona y como individuo que garantiza la libertad de otro. De cualquier manera, el equilibrio yoico de un joven está sometido al peligro de la doble incertidumbre de una maquinaria sexual que acaba de madurar y que es necesario controlar en alguna de sus funciones o en todas ellas, al tiempo que se prepara para ocupar su propio lugar en el orden adulto. Esto es una búsqueda "ideológica" de coherencia interna y de un conjunto perdurable de valores; yo llamo fidelidad a esa particular cualidad yoica que surge con la adolescencia y de ella.

 

 
La fidelidad es la capacidad de mantener lealtades libremente otorgadas a pesar de las contradicciones inevitables de los sistemas de valores. Es la piedra angular de la identidad y recibe inspiración de ideologías y compañeros confirmatorios.
En la juventud, se verifica de diversas maneras: un alto sentido del deber, la exactitud y la veracidad en la interpretación de la realidad; el sentimiento de honestidad, como en la sinceridad y la convicción; la cualidad de genuino como en la autenticidad; el rasgo de la lealtad, de "ser fiel"; el respeto por las reglas del juego.

 
"La identidad y la fidelidad son necesarias para la fortaleza ética, pero no la proporcionan por sí mismas"
"Sólo una identidad firmemente anclada en el patrimonio de una identidad cultural puede producir un equilibrio psicosocial eficaz".

 
Debemos comprender que solo las superación de la adolescencia permite el desarrollo de esas identidad, intimidad, la autoentrega y la fidelidad que hace que el amor tenga su anclaje en un compromiso mutuo.
LA CRISIS DE IDENTIDAD: Al final de la adolescencia se produce una crisis de identidad. Ericsson la llamó crisis normativa, porque es el acontecimiento normal. Si se fracasa en el dominio de esta etapa, el adolescente puede quedar sin una identidad sólida; sufre una difusión de identidad o confusión de roles, que se caracteriza por la ausencia de sentido de sí mismo y por la confusión del lugar que uno ocupa en el mundo. La confusión de roles se puede manifiesta en comportamientos anómalos, tales como escaparse de la casa, criminalidad o psicosis declarada. Los problemas en la identidad genérica y el rol sexual también pueden manifestarse en este momento. El adolescente puede defenderse contra la difusión de roles incorporándose a pandillas o bandas, o identificándose con héroes.

ETAPA 6

 
INTIMIDAD 21 A 40 AÑOS VS. ENSIMISMAMIENTO O AISLAMIENTO.

 
La característica de esta etapa es el logro de la intimidad sexual, la amistad y todo tipo de vínculos profundos no dan miedo a las personas que han sabido resolver sus crisis de identidad. En contraste, la persona que alcanza la edad adulta en un estado de continua confusión de roles es incapaz de involucrarse en relaciones intensas y duraderas. Sin amigos, sin allegados y sin pareja, el individuo puede encerrarse en sí mismo y compadecerse. La sensación de aislamiento puede alcanzar proporciones peligrosas.
La verdadera intimidad es mutua, una cualidad con reminiscencias de las primeras etapas de la vida. Si el niño ha conseguido iniciativa genital, el placer sensual de la infancia converge con la idea del orgasmo genital y el adulto joven es capaz de dar y compartir amor con otra persona. Mediante la crisis de la intimidad frente al aislamiento, el individuo trasciende el carácter exclusivo de las relaciones anteriores y es capaz de establecer relaciones mutuas con un grupo social extenso y variado.
Ericsson adoptó el punto de vista freudiano de que las personas normales son capaces de amar y trabajar.

 

 
ETAPA 7
Generatividad 40 a 65 años vs. Estancamiento

 
Durante décadas centrales de la vida, los adultos deben optar por la generatividad o el estancamiento. La generatividad no sólo tiene que ver con el hecho de tener y criar hijos, sino que también abarca los intereses vitales que van más allá del hogar, en guiar y aconsejar a la nueva generación o luchar por mejorar la sociedad.

Las personas sin hijos pueden ser generativas si se desarrollan un sentimiento de altruismo y creatividad. La mayoría de las personas, si pueden, prefieren dedicar sus energías a la crianza de los hijos.
El hecho de desear o tener hijos no garantiza la generatividad. Los padres necesitan haber logrado satisfactoriamente su propia identidad y desarrollado una auténtica intimidad para ser verdaderamente generativos.
Toda relación de pareja donde la atracción sexual se desarrolla naturalmente, despierta el deseo del encuentro sexual como elemento unificador y gratificante como necesario entre dos personas que comparten un vínculo afectivo en una relación estable que tiende planificarse y se proyecta a futuro. Al respecto dice Eriksson:
"Y puesto que todo encuentro genital provoca en los órganos generativos cierta excitación y puede dar por resultado, en principio, la concepción, no es posible ignorar, según parece, una necesidad psicobiológica de procreación. Cuando el enriquecimiento generativo en sus variadas formas falta totalmente, pueden ocurrir regresiones o estadíos anteriores, sea en forma de necesidad obsesiva de suedointimidad, o de un tipo compulsivo de preocupación por la autoimágen- y en ambos casos con un sentimiento generalizado de estancamiento.

 
El estancamiento, como la antítesis de todos los estadios, señala la patología básica potencial de esta etapa e implicará, por supuesto, alguna regresión a conflictos previos.
Sin embargo, se lo debe entender también en su importancia específica para el estadío. Esto, según se ha señalado, resulta hoy de especial importancia, pues la frustración sexual se reconoce como patogénica, mientras que la frustración generativa, de acuerdo con el ethos tecnológico dominante del control de la natalidad, probablemente pasa inadvertida.
No obstante, la sublimación, o una aplicación más amplia, es el mejor uso de las energías impulsivas frustradas.

Así en la actualidad, como hemos dicho, un nuevo ethos generativo puede requerir un cuidado más universal, preocupado por un mejoramiento cualitativo de la vida de los niños ( ).
Es por eso que la negación de la procreación es perjudicial para la maduración de las personas como personas, ya que produce un estancamiento que se ve en la falta de compromiso de la sociedad "adulta" de guiar a los más jóvenes, o regresiones o estadios inmaduros del desarrollo posibilita que tengamos adolescentes eternos.
En otro pasaje se refiere a la preparación de los niños como futuros padres:
"El hombre moderno, obligado a limitar su fertilidad, tiende a considerar que el problema del compromiso procreador queda resuelto gracias a la posibilidad técnica de hacer una elección consciente de los "anticonceptivos". Es necesario preparar al hombre para tal elección. Con toda una vida amorosa tan "segura", si está acompañada por una mera evitación de los hijos y una negación de la generatividad, podrá constituir en algunos una fuente tan severa de tensión interna como ha lo ha sido la negación de la sexualidad misma. Bien podría surgir esa culpa específica que proviene de jugar con el "fuego de la creación". Por ende es esencial que el control de la natalidad esté guiado no sólo por el reconocimiento de las necesidades psicosexuales del hombre, sino también por un sentido general de responsabilidad generadora hacia todos los seres humanos que han sido traídos a este mundo de acuerdo a un plan. Ello incluirá garantizar a cada niño una oportunidad para el desarrollo pleno". ( )
El adulto que no se interesa por guiar o favorecer la aparición de nuevas generaciones suele perseguir obsesivamente una intimidad, que no es verdaderamente íntima. Estas personas pueden casarse, e incluso tener hijos, encerrados en una atmósfera de interés en sí mismo y aislamiento. Este tipo de personas se consuelan a sí mismas como si fueran niños y se preocupan exclusivamente de ellas.
Es, más padres que no creen en realidad que la vida en una sociedad dada merezca la pena, pueden transmitir el mensaje a sus hijos con tanta claridad que resulte que no tengan nietos.
El estancamiento, es un estado estéril. La incapacidad para trascender por falta de creatividad es peligrosa porque al final, las personas llegan a negarse a aceptar la idea de dejar de existir y de que la muerte es una parte ineludible de la vida.
Podemos ver como ya el ser humano no padece, como en la época de S. Freud, una frustración sexual lo que actualmente sufre es una frustración generativa que se caracteriza por:
  1. renuncia al compromiso procreador, tiene una negación hacia la paternidad.
  2. Renuncia a todo compromiso vincular, no quiere formar una pareja estable, y si la forma y tiene hijos, no asume la paternalidad, le pesan las tareas de embarazo, parto, lactancia y de educación de los hijos, etc.
  3. Renuncia a todo compromiso educativo, esto es de guiar las generaciones más jóvenes.
  4. Renuncia a todo compromiso con la sociedad, permanece indiferente a los problemas de su comunidad.
  5. Es decir renuncia a todo compromiso con la vida, no le encuentra sentido humano a la existencia, ni a su existencia.

Por lo tanto esta frustración generativa se transforma en una gran frustración existencial, en un vacío existencial, la pérdida del sentido de la vida. 

 
ETAPA 8

 
Integridad a partir de los 65 años vs. Desesperación y aislamiento.

 
La integridad es el sentimiento de satisfacción que produce el saber que uno ha tenido una vida productiva, y la desesperación es elentimiento de que la vida ha tenido muy poco sentido.
Puede ser una etapa feliz, el momento de disfrutar con los nietos, contemplar los logros personales más importantes y quizá ver cómo los frutos del trabajo personal están siendo útiles para las generaciones más jóvenes.
La integridad permite a las personas que acepten el lugar que ocupan en el ciclo vital y que la vida es responsabilidad de cada persona.
Sin embargo, la vejez no ofrece una visión feliz del pasado, si uno ha sabido vivirmás allá del narcisimo, es decir de la intimidad y la generatividad.
Sin generatividad, la persona no tiene sentido del orden del universo, y sin un orden universal no es posible que sienta la idea confortadora de que la vida propia se ha producido en un momento y en un segmento de la historia en el que una persona se desarrolló como él lo hizo. Sin esta percepción, la persona mayor siente terror ante la muerte, desesperación, disgusto.

 

 
"Los niños sanos no temerán a la vida si sus padres tiene la integridad necesaria para no temer a la muerte". Eriksson, Infancia y Sociedad.

miércoles, 7 de marzo de 2012

SARMIENTO. PEDAGOGO SOCIAL.


 

LA HISTORIA DE SUS PADRES

Nació en una provincia ignorante y atrasada, en el barrio el Carrascal. De una familia que ha vivido largos años en una mediocridad muy vecina de la indigencia. Probablemente nació el 14 de febrero de 1811. Fue bautizado el 15, fecha que Sarmiento tuvo por la de su nacimiento. Su nombre verdadero Faustino Valentín, cayendo en el olvido éste segundo nombre y habiéndole impuesto la familia por alguna tradición, el de Domingo.

Su madre Paula Albarracín, fue heredada junto a sus quince hermanos por su padre: Don Cornelio Albarracín con algunas tierras que el era dueño en el valle de Zonda. Escribe Sarmiento que su madre sabía leer y escribir. Su inteligencia era poco cultivada, relata que en una de las clases de gramática que tenía el con sus hermanas, ella sólo escuchaba, y que por las noches mientras ovillaba su lana, resolvía todas las dificultades que tenían sus hijas, dando definiciones de nombre, verbos,, los tiempos, los accidentes de la oración, con una sagacidad y exactitud raras. A parte de esto, su conciencia, estaba educada con una elevación que la más alta ciencia no podría por sí sola producir jamás. Cuenta además Sarmiento que su madre había reunido una pequeña suma de dinero, echó los cimientos de la casa que debía ocupar en el mundo al formar una nueva familia. Y como aquellos escasos materiales eran pocos para obra tan costosa, debajo de las higueras que había heredado en su sitio, estableció su telar. En aquellos tiempos una mujer industriosa, podía contar consigo misma para subvenir a sus necesidades. Las industrias manuales poseídas por su madre eran tantas y muy variadas: hacía de seda suspensores, pañuelos de mano de lana de vicuña, corbatas y ponchos, a estos trabajos se añadían una multitud de labores en hilo que se empleaban en ornato de las mujeres y de los paños sagrados. "dice Sarmiento: la reputación de omnisciencia industrial la ha conservado mi familia hasta mis días; y el hábito del trabajo manual, es en mi madre parte integrante de su existencia".

Con estos elementos, la noble obrera se asoció en matrimonio, a poco de terminada la casa, con don José Clemente Sarmiento, su padre, joven apuesto, de una familia que también decaía como la suya, y le trajo en dote la cadena de privaciones y miserias en que pasó largos años de su vida. Tal como su madre había sido educado en los rudos trabajos de la época. Pero el sostén de la familia por las malas acciones de su padre, recayó sobre su madre.

Las circunstancias adversas que dificultaron su educación y el espectáculo siniestro que ofrecía el país, como consecuencia de la penuria económica y cultural gestaron, en Sarmiento, sin duda su concepción pedagógica de tipo social.

Se distinguen en la pedagogía de Sarmiento, los siguientes conceptos: civilización, democracia, conciencia nacional.


 

DOCTRINA DE SARMIENTO


 

Para Sarmiento la tarea de civilizar la Argentina había sido más que un problema de educación escolar, a pesar de sus preocupaciones por la fundación de escuelas: era también el combate contra los resabios del colonialismo mental, o sea, la busca de la inserción de su patria en el mundo moderno.

La tarea educativa Sarmientina comienza con la formación de sí mismo leyendo con abundancia en procura de conocimientos útiles para el país; de ahí el tema central de sus síntesis autobiográficas: "Hice la guerra a la barbarie y a los caudillos en nombre de ideas sanas y realizables y llamado a ejecutar mi programa, si bien todas las promesas no fueron cumplidas, avancé sobre todo lo conocido hasta aquí en esta parte de América".

Y en el siguiente párrafo dice:"He labrado, pues, como las orugas mi tosco capullo, y, sin llegar a ser mariposa, me sobreviviré para ver que el hilo que depuse será utilizado por los que me sigan". (MarcadorDePosición1)

Nada lo impresionó tanto como las invasiones de las montoneras fanatizadas y explotadas por los caudillos, de cuya furia bárbara Sarmiento, fue víctima.

La barbarie y el caudillismo, con su secuela de ignorancia, pobreza, anarquía y fanatismo, formaban, según Sarmiento, la familia de nuestros males sociales.

Se entiende por pedagogía de Sarmiento a su doctrina y a su obra educativa, expuesta en libros, periódicos y lo que realizó en las más variadas situaciones de su existencia, desde ser el preceptor de sus hermanas y maestro de escuela, hasta el de senador nacional y presidente de la república.

Sostuvo el valor absoluto de la acción educadora, ya en el Análisis de las cartillas, silabarios y otros métodos de lectura (que publicó en Chile en 1842), con carácter de director de la Escuela Normal afirmaba: "La instrucción primaria es la medida de la civilización de un pueblo".

La fe en la acción civilizadora de la escuela no lo abandonó jamás. Así hacia el final de su existencia, pudo decir:"Tal es la convicción profunda que campea en las páginas que preceden, en que hemos querido mostrar a la vez cómo la instrucción primaria es la base de la religión, de la libertad y la prosperidad nacional, y cómo de su difusión depende la suerte próxima del país"

No se trata de una pedagogía sistemática, el núcleo básico de ésta se halla presentado en un informe que presentó al ministro de instrucción pública en Chile, con el título De la Educación Popular, donde planteó, por primera vez en forma orgánica, todo su programa de civilización por medio de la escuela. Todos sus escritos y actos posteriores de su finalidad educativa, constituyen el desarrollo y la aplicación de las ideas sostenidas en la obra de 1849, fruto de sus viajes a Europa y a los Estados Unidos en cumplimiento de la misión encomendada por el gobierno chileno.

Esto le proporcionó la gran oportunidad de tomar contacto directo con un movimiento educativo altamente progresista, influido en apreciable medida por las ideas pestalozzianas y, por lo mismo, hondamente arraigado en la comunidad.

Conferenció con Guizot, visitó la Escuela Normal de Versalles, estudió el método Morin y practicó en el colegio de Leví Alvarez. En España investigó el desarrollo de la ortografía, por consulta directa de antiguos manuscritos, y se inscribió miembro de la Sociedad de Profesores de Madrid. Holanda le reveló el sistema simultáneo que permite duplicar la población de escuelas. En Italia visitó algunos institutos de ciegos y sordomudos. Los seminarios prusianos, o establecimientos de profesorado secundario, le enseñaron el alto normalismo, y en los Estados Unidos, ratificó sus mejores instituciones sobre la enseñanza democrática.

La pedagogía deriva en último término de la concepción que Sarmiento tenía de la vida humana, convencido de la posibilidad de transformar al pueblo por la acción de la escuela.

Elaboró una pedagogía social asentada en premisas políticas. "El sentido y las ideas que dominan en su política educacional y en su acción escolar, lo ubican dentro de la moderna pedagogía de orientación social."

Los autores en que se inspiró su doctrina pedagógica fueron: Locke, Rousseau, Montesquieu, Tocqueville, Condorcet, Leroux, Cousin, y otros que siguieron al iluminismo, de la enciclopedia y del romanticismo.

Sarmiento tuvo la capacidad de aprender con los riesgos peculiares de autodidactismo.

Las ideas eran también para Sarmiento el origen de toda civilización y de toda libertad.

La civilización es una cuestión de ideas. El hombre civilizado necesita más ideas que pan; porque en el estado de civilización las ideas suministran pan, pero nunca el pan produce ideas. La doctrina de Sarmiento, muchas veces contradicha por él mismo, consiste en esto. De ahí emana su lucha, que no concluyó jamás, contra la tiranía ("así desaparezca Rosas"), porque el verdadero tirano es la ignorancia que, desigualando irremediablemente a los hombres, impide el triunfo de la libertad y los entrega inermes a todos los males del espíritu y del cuerpo. La descripción que detallamos a continuación sobre Sarmiento escritor, educador, político, legislador, gobernante innovador y militar será la descripción de esa lucha. Por eso consagró lo mejor de su vida a fundar escuelas para difundir sus ideas y en predicar para enseñarlas.


 


 

SARMIENTO: PRESIDENTE

Electo presidente, su obra de estadista tuvo la instrucción pública por fundamento. Creó en las provincias la instrucción primaria superior o graduada, y asignó premios a aquellas que educaran mayor número de niños, para fomentar así la enseñanza. Dicha ley estuvo vigente durante toda su presidencia.

Las subvenciones escolares con igual objeto, ascendieron, de 15.000 pesos que se gastaba regularmente desde 1864, pasó a 64.000 pesos en 1869. Un decreto fijó las condiciones requeridas para fijar las condiciones requeridas para percibir subvenciones, y una ley (en 1871), su proporción por provincia. La gratuidad de la enseñanza comenzó con los textos escolares, en los cuales se invirtió 12.000 pesos; pero la compra y la distribución no correspondieron, desgraciadamente, a la buena idea de Sarmiento.

Como según los principios de Sarmiento, los ciudadanos eran acreedores al maximun de enseñanza fiscal, su acción no se limitó a la enseñanza primaria.

Los colegios nacionales merecieron toda su atención. Modificó el plan de estudios, si bien con carácter enteramente literario. Sólo en dos años, de los seis que constituían figuraban la física, la química y las matemáticas. El resto concernía al latín, francés, inglés e historia.

En San Juan y Catamarca funcionaron a título regional, cursos de minerología. En Buenos Aires, otros, libres y nocturnos, de geometría, mecánica, química y estenografía. Sarmiento, fue el primero que lleva a las provincias la escuela primaria de la nación.

En 1869, empezó a desarrollarse la enseñanza normal, con la creación de cursos anexos en los colegios nacionales de Corrientes y de Uruguay, a los cuales se agregó las escuelas de aplicación correspondientes. El gobierno costeaba en ellos diez becas. Una ley del mismo año autorizó la fundación de dos escuelas normales. Al siguiente año, se fundó la de profesores de Paraná, con setenta becas. Su plan fue excesivo y desequilibrado. Las matemáticas comprendían siete materias, inclusive la agrimensura; pero faltaba la historia natural. Se desarrollaba en cuatro años, como ahora. La edad mínima para ingresar a los cursos era de dieciséis años; requisito previsor, pues evitaba el egreso de maestros demasiado jóvenes.

Las ideas liberales de Sarmiento comprendían también el clero. Entre los institutos docentes que fundó u organizó, figuran los seminarios conciliares. La circunstancia de ser sacerdote a cualquier ciudadano, no le quita su derecho a la educación. Todo lo contrario. La suya dice Sarmiento, requiere el mayor interés, puesto que es un director de espíritus.

El colegio militar y la escuela naval, son fundaciones de esta presidencia.

Creó dos cursos análogos en Salta y Tucumán, con su correspondiente plan de estudios. Ordenó las primeras investigaciones oficiales sobre etimología agrícola, y estableció el primer curso de veterinaria. Corresponde también a su gobierno el plan de enseñanza de la minería y la institución de un premio para el descubrimiento de la hulla.

Le preocupó la educación de los sordomudos y de los ciegos. Levantó, el primer censo escolar, fundamento de todo plan orgánico de instrucción pública, y organizó la estadística de la enseñanza primaria, que es el complemento de aquella medida. Pudo señalar en ella una de las cifras significativas de su gloria. La población escolar alcanzó bajo su gobierno a cien mil niños.

En la enseñanza superior fundó el Museo de Historia Natural, para cuya dirección trajo a Burmeister, el ilustre contradictor de Darwin, quien era, una de las grandes admiraciones de Sarmiento.

Fundó la Facultad de Ciencias de Córdoba, a cuyo efecto contrató en Europa, un plantel de profesores extranjeros, que iniciaron el estudio científico de nuestra naturaleza con notables trabajos. Vinculó su nombre a una de las más importantes contribuciones científicas ofrecidas por nuestro país: la formación del mapa celeste del hemisferio austral.

Concluida la presidencia de la República aceptó con ejemplar modestia el puesto de Director General de Escuelas de la provincia de Buenos Aires (cargo desempeñado por segunda vez), al año siguiente (1875), produce ya la Ley de Educación común.

El Consejo General (institución de su incesante propaganda), queda fundado por ley.

En el año 1876, reglamenta las escuelas de su dirección, y funda el periódico quincenal La Educación Común en la Provincia de Buenos Aires.

En 1881, el gobierno nacional lo nombra Superintendente de Educación, lo cual le daba la presidencia del Consejo Nacional creado en reemplazo de la comisión del mismo nombre. La primera medida de Sarmiento fue un rasgo peculiar de su carácter emprendedor. Convocó a los maestros para darles en persona una lección de lectura.

Por ultimo su otra gran labor docente: la fundación de bibliotecas populares. La escuela inmóvil, la enseñanza de la lectura no bastan. "Hay que enviarlas a lugares difíciles, donde no exista la civilización". No hay educación popular, sin bibliotecas. El gobierno de Chile había escuchado esta verdad, y fundó en 1856, bibliotecas en todos las capitales de departamentos. La iniciativa aquí, en nuestro país fue un fracaso. Sarmiento no tuvo colaboradores y él mismo carecía de los dotes esenciales de administrador. La contabilidad y la distribución de la renta fueron malas. Quedó suprimida por la crisis económica en 1876. La Comisión Protectora de Bibliotecas Populares, organizada por él, contaba con facultades autónomas, lo que demuestra la importancia atribuida, pero ésta no estuvo a la altura de su misión.


 


 

SARMIENTO: EL EDUCADOR.


 

La compasión a la ignorancia y el amor a la verdad hicieron de Sarmiento un educador.

De ver a los montoneros fanatizados por el mismo caudillaje que explotaba su lamentable condición, de analfabetos, vio la idea de enseñarles a leer. Arte que poseía desde muy niño. El decía: educar al pueblo para que pueda ser libre.

Así como no formuló una pedagogía sistemática, tampoco enunció un concepto orgánico, estable acerca de la educación. El tema preferente de sus teorías y realizaciones pedagógicas fue el de la instrucción pública, cuya finalidad-según palabras suyas- consiste en "preparar el uso de la inteligencia individual, por el conocimiento rudimental de las ciencias y hechos necesarios para formar la razón".

Quería elevar el nivel social de la comunidad, con la acción educativa impulsada por el Estado. Pero esta acción dirigida principalmente a promover el aumento de la capacidad intelectual por medio de la ciencia, debía proyectarse sobre la masa, el grueso del pueblo, dejando de constituir un privilegio de los grupos dominantes. Aquí está el fundamento de la pasión por la escuela primaria, a la que llamó educación popular o educación nacional o también educación común.

La educación popular constituyó el programa de acción del Maestro de América, dando título a su obra más difundida, tal vez la que mereció su permanente predilección.

Denominó así la publicación del informe sobre sus viajes de 1845 a 1847, fundando que, del examen efectuado en los países más progresistas comprendidos en la visita, se desprendía-son sus palabras- "que hay en el mundo cristiano, aunque en fragmentos aquí y allá dispersos, un sistema completo de Educación Popular que principia en la cuna, se prepara en la Sala de Asilo, continúa en la escuela primaria y se completa en las lecturas orales, abrazando toda la existencia del hombre".

La educación democrática es instrumento de liberación del pueblo; con ella toma conciencia de sus derechos y conquista las armas indispensables para hacerlos respetar. Sin educación universal e igualitaria no puede haber República ni gobierno democrático. Solo la escuela pública dice Sarmiento es el único medio de asegurar la unidad nacional, y que puede ser la solución ante nuevos factores de conflictos potenciales.

Según Sarmiento nuestra educación debe ser laica. Lo exigen factores determinantes del progreso social, razones de orden cultural y necesidades del régimen democrático republicano. De ahí su campaña encendida, y a menudo, muy violenta a favor de la laicidad escolar, desarrollada a través de las páginas de El Nacional en oportunidad del Congreso Pedagógico de 1882, primero, y de los debates producidos en el Parlamento al tratarse el proyecto sancionado como ley Nº 1420, dos años después.

Tenía presentes las nuevas condiciones de la sociedad argentina y el sentido de su desarrollo como consecuencia del proceso inmigratorio. Por ello concebía a la institución escolar como un recinto sagrado dentro de cuyos muros tenían asilo, sin distingo alguno, seres de las más variadas procedencias: argentinos y extranjeros, ricos y pobres, católicos, protestantes y agnósticos. La mutua comprensión y la tolerancia recíproca, por encima de sectarismos y de dogmas, constituían la más firme garantía de una general elevación humana.

Para el laicismo, las creencias y los problemas de la fe están reservados al hogar doméstico y a la Iglesia.

En el concepto de educación como función social a cargo de Estado afirma los siguientes principios:

  • La enseñanza primaria constituye un ramo de la administración pública. El Estado preside la educación, la dirige la inspecciona.
  • La escuela pública reconoce como fundamento la necesidad de asegurar a todos los habitantes los derechos a la cultura y la educación cívica, afirmar la unidad nacional y favorecer la formación de los cuadros técnicos y científicos que requiere el desarrollo del país.
  • Por tanto, en el Estado todo niño debe recibir educación.
  • La masa total de la renta para sostener las escuelas debe ser proporcionada al número de niños de 14 a 16 años que haya en el Estado.
  • Esta renta debe formarse con el aporte del Estado y de los padres de familia.

La obligación de los padres y tutores, con respecto a la asistencia de los niños a la escuela, resulta más bien de carácter moral, y no jurídico, pues Sarmiento no determinó la sanción correspondiente a su incumplimiento.

Los libros dogmáticos de sus primeras lecturas, la exhibición odiosa del preceptismo clerical que argumenta sus postulados con el infierno, le revelaron que no hay libertad posible sin el ejercicio de la razón.

Hasta mediados del siglo pasado, la mujer llevaba una existencia sedentaria y casi vegetativa, recluida en el hogar y dedicada exclusivamente, en el mejor de los casos, a las labores domésticas. Permaneció así, extraña a las manifestaciones culturales, agravado ello por una religiosidad estrecha y una ignorancia agresiva. Era evidente, pues, que mientras la mujer continuara en esta situación social, la civilización se detendría en puertas del hogar doméstico. Las naciones de Europa, decía Sarmiento, nos han dado el ejemplo de su verdadera civilización, reconociendo los deberes y los derechos de las mujeres. Esta cuestión de la influencia de las mujeres en el desarrollo de las naciones americanas fue una de las primeras preocupaciones de Maestro, como lo prueba la fundación del Colegio Santa Rosa, pensionado de niñas, en San Juan, en 1838.

De aquí su apostolado, que iba a realizar por primera vez en el Colegio Santa Rosa, después de aquellas obscuras empresas en los andes, Pocuro y Copiapó, donde enseñaba a los mineros de Punta Brava por medio del silabario y del dibujo.

El Colegio de Santa Rosa se instaló en los claustros de un monasterio, que fray Justo de Oro, tío de Sarmiento, había proyectado hacía años atrás, destinado a la educación de los habitantes de la comunidad, y su origen fue una recomendación del mencionado sacerdote a su hermana doña Tránsito, para que pusiera la educación de su hija en manos del sobrino cuando éste ultimo regresó de Chile. Así se explican, tanto el nombre de la casa como la enseñanza de la religión, que abundaba en su plan de estudios: requisito indispensable a las ideas de aquella sociedad y de su gobierno; pues ya se sabe que los caudillos federales eran fervorosamente católicos.

La disciplina era rigurosa en lo concerniente al trabajo y diversiones. Comprendía salidas fuera de los habituales recreos, visitas a familias respetables; para que las alumnas aprendiesen urbanidad; ingeniosa vinculación del hogar con la escuela por medio de la cortesía y de las buenas costumbres. Las pruebas consistían en un examen semanal, uno mensual, uno trimestral y uno anual muy solemne, pues era fiesta pública a la cual asistía el gobernador. Los premios consistían en anillos, collares, dijes. Sarmiento amó con toda su alma aquella institución, cuyo fracaso se lamentó muchos años después.

Como mencionamos en los párrafos anteriores, le daba mucha importancia a la educación de la mujer. De ella, decía, depende la suerte de las naciones. Por esto, una de sus primeras medidas en la materia, cuando gobernó fue crear las escuelas normales de maestras. La vinculación de la escuela con la maternidad fue uno de sus temas favoritos. Quería fundar salas de asilos para los niños de las obreras, mientras éstas se hallaran trabajando: institución benéfica que no tenemos aún. Veía en la educación de la mujer la mejor propaganda de la libertad espiritual. Por esto eligió para pronunciar su famoso discurso contra el clericalismo, en 1883, la escuela normal de maestras de Montevideo. Sus artículos La Escuela sin la Religión de mi Mujer resultaron de la polémica motivada por aquella pieza oratoria, e iniciaron la campaña liberal que produjo al año siguiente la ley de enseñanza laica.

Su autodidáctica comprendía el francés, el inglés, matemáticas, literatura, y el dibujo, cuya importancia pedagógica percibía en toda su amplitud: como un lenguaje directo

Su método de enseñanza era racionalista. El sistema queda formulado en doce líneas. Primero, el fundamento racional: de lo conocido a lo desconocido. Luego, la progresión de las dificultades, la oportunidad de los conocimientos, conforme a las ideas que el alumno tiene; la abolición del mecanismo; que es rutina; el interés por la enseñanza.

Su método también es integralista. Quiere que la educación intelectual esté fundada sobre la educación física. La lección de cosas ha de constituir a su vez el fundamento de aquélla. Para esto pide el museo escolar, todavía rudimentario en nuestras aulas. Su lección sobre un trozo de pedernal, elemento tan abundante en Chile, constituye un modelo al respecto.

El plan de aquella primera escuela normal adoleció, sin embargo, de grandes defectos. No contenía ciencias naturales, lo cual es indispensable para la enseñanza objetiva, y carecía de escuela de aplicación, convirtiendo en teórica la pedagogía, que es esencialmente práctica.

Ha de mencionarse también entre las diferencias de aquella pedagogía el uso de castigos corporales, penitencia y premios, cuya abolición difería, sin embargo, el educador, para cuando "el arte de enseñar haya hecho progresos". Lo cual quiere decir que consideraba fundamentalmente malos esos procedimientos.

En cambio deseaba suprimir el examen cuya utilidad apreciaba para los estudios superiores solamente, y sustituirlo por la acción constante de la enseñanza que es, en suma, la verdadera disciplina

En cuanto a la lectura y escritura, alcanzan un adelanto notable. Hasta el día de su muerte, Sarmiento conceptuó, que el deber por excelencia del hombre para sus semejantes es enseñarles a leer.

La importancia asignada a la lectura por el educador traía consigo la verdadera reforma. "De la perfección de la lectura depende la civilización de un país". También percibió la dificultad de los textos escritos con ideas y estilos adultos. Decía que el autor debía escribir como sí él mismo fuera un niño, así su método de lectura se fundaba en las dificultades de la infancia.

El dibujo, no era para él un arte de adorno, constituía uno de los fines de la educación popular; lo cual quiere decir que atribuía a la estética un papel primordial en la enseñanza.


 


 


 


 

SARMIENTO: EL ESCRITOR.

Sarmiento fue periodista antes de ser autor de libros, circunstancia cronológica que determina, como es natural, la formación del escritor, y con esto el examen crítico.

Las cualidades y defectos más prominentes de aquel son sus rasgos de periodista. Las peculiaridades que producían su prosa, la impresión del estilo, siempre urgente. Su gala literaria, resultante de un temperamento nativo de escritor, le viene al correr de la pluma. Por esto es siempre fragmentaria. El positivismo es también su cualidad dominante, y de aquí la escasez de sus metáforas. Su lógica es la de los acontecimientos, no la de las ideas.

Sarmiento subordinó sus dotes de escritor a estos rasgos de periodista.

El Zonda, primer periódico de Sarmiento, iniciando la evolución del periodismo. Luego funda en la capital chilena el primer diario (1836, llamado Filopolitas). Pocos años después surge un nuevo tipo de publicación "La Crónica" que entonces se asemejaba al folleto, destinada a la lucha contra Rosas, su redacción quedaba subordinada a la lentitud de comunicaciones entre nuestro país y Chile.

Funda la prensa escolar, con el Monitor de las Escuelas. La caída de Rosas iba a suministrarle aquella coyuntura que aprovechó para transformar El Nacional, redactado antes por Mitre.

Por último, El Censor, su propia empresa, lo colocó entre los iniciadores de la más adelantada época del periodismo argentino. Median cincuenta años de tarea entre la primera y la última de sus hojas. Tarea no interrumpida, puesto que ni el desempeño de la presidencia la cortó.

De aquel estilo fragmentario proviene su característica más saliente como autor de libros. Es el escritor de los trozos selectos. Imposible encontrar en su vasta obra una pieza completa. Esta peculiaridad, unida a su vocación de novelista, que no puede satisfacer porque necesita todas sus letras para la gran obra de hacer país y que determina su predilección biográfica. En todos sus escritos resalta su idiosincrasia. Lo que más encarecen es el valor representativo del hombre como producto del medio, o sea la selección viviente de lo que es menester transformar.

Algunas como la del capitán Gauna, la de Sandes y la de Baigorria, son verdaderamente notables. Poseen el interés pintoresco de la novela de aventuras, a la par de una sorprendente penetración histórica. En su genérica brevedad, dice Leopoldo Lugones, las considera superiores a Facundo.

La obra Facundo, Civilización y Barbarie. Constituye una síntesis de la maestría literaria de Domingo Sarmiento y de su condición de político y observador del ambiente geográfico. Desde el punto de vista de la estructura de la obra, el ensayo se combina con la habilidad para narrar y la crítica sociológica. Hace referencia a la despoblación (en términos demográficos), el desierto fue visto por él en sus proyecciones sociales. Advirtió que el desierto estaba lleno de barbarie. Siete años después de haber descripto la pampa en el Facundo, la conoció con sus propios ojos. Facundo Quiroga, representa para Sarmiento el ejemplo irracional y bárbaro frente a las ventajas de la civilización europea y estadounidense. A través de Facundo, el autor realiza una crítica a la tiranía de Juan Manuel de Rosas, con lo que comparte la actitud de la mayoría de los escritores románticos contemporáneos que desarrollaron una constante oposición desde el exilio.

El Facundo constituye todo el programa de Sarmiento. Sus ideas literarias, su propaganda política, sus planes de educador, su concepto histórico. El primer escritor argentino verdaderamente digno de este nombre había nacido. La leyenda de civilización y barbarie que informa nuestro criterio histórico con credulidad servial proviene de esas páginas. Se funda además en una venganza. Quiroga debía a Sarmiento los estudios abortados, en Córdoba y Buenos Aires, y el primer destierro a Chile.

La gran obra de transformar el país, anarquizado y bárbaro, persuadido de que el progreso, sentado sobre bases éticas, brindaría la felicidad al pueblo argentino. Pero este progreso no podía elaborarse con la razón, como querían los iluministas, ni desde arriba por los decretos gubernativos, debía ser el resultado de un proceso de elaboración histórica, cuya tarea principal era educar y crear nuevas costumbres; en una palabra civilizar.

La palabra civilización, no es empleada por Sarmiento con un espíritu estrechamente materialista. Civilizar en la concepción Sarmientina era proveer lo conducente a la prosperidad de un país y al adelanto de todas las provincias, dictando leyes y reglamentos necesarios para crear un estado de derecho y promoviendo la inmigración, la construcción de ferrocarriles, la colonización de las tierras de propiedad fiscal, la introducción y establecimiento de nuevas industria, la importación de capital extranjero, etc; pero también era atender al progreso de la cultura, organizando la educación nacional y asegurando el bienestar y la libertad de todos y cada uno de los habitantes.

Explica Félix Bravo, en su libro Sarmiento, pedagogo social que hoy resulta incuestionable que la dialéctica "Civilización y Barbarie" contenía entre otros, un grave error, que consistía en explicar las luchas civiles argentinas, en términos absolutos, como un alzamiento de las campañas contra las ciudades y en concebir a los caudillos como productos del medio rural. Coincide en que frente a la civilización de las ciudades existía la barbarie de las campañas pastoras; pues si bien los promotores de la anarquía fueron militares, clérigos, doctores, hallaron en la gente perdida en el desierto la posibilidad y el aporte esencial para la formación de montoneras.

En otra de sus obras: Conflicto y armonías de las razas de América: explica el origen de nuestros males sociales desde el punto de vista étnico. Aquí sostiene la ignorancia de nuestras masas y la anarquía política, con sus consecuencias, la corrupción de las instituciones democráticas, el lento desenvolvimiento económico y la penuria cultural, que derivaban según el de dos factores: la herencia española y la mestización indígena.

También otro notable escritor, Alberdi, llega a una fórmula que recuerda sus predilecciones dogmáticas: gobernar es poblar. Y desde luego, poblar con blancos. Pero este fundamento es erróneo al no contar con el mestizo, el eterno elemento electoral, negativo de de toda democracia, que tarda siglos en dejarse absorber por la raza blanca inmigrante.

La polémica "ideal" de Sarmiento con Alberdi debe ser estimada como una coincidencia de opiniones antes de que un disentimiento sustancial. El autor de las Bases, inspirado en la teoría sobre la educación de las cosas (Rousseau), consideraba a la instrucción como un elemento ineficaz para promover el bienestar general, el cual más bien resultaría del desarrollo económico, o sea del fomento de la inmigración, de la construcción de ferrocarriles y canales navegables, etc. La diferencia asienta en que Sarmiento entendió al desarrollo económico como un medio para que cada individuo pudiera alcanzar una vida digna en la plenitud de sus posibilidades.

En la segunda parte de Conflicto (fragmento y apuntes incoordinados) afirma la superioridad moral del mundo protestante sobre el mundo católico.

Superioridad en el hábito del libre examen, el mayor cultivo de la dignidad personal, y que ofrecía las condiciones necesarias para la práctica de las instituciones libres y del régimen democrático. Al respecto aconseja tres remedios: inmigración europea, trabajo, educación pública.

Sarmiento no formula máximas, pero finca la obra del estadista en educar. Porque la educación es lo único que iguala, despecho de todos los accidentes biológicos y sociales. La inmigración, requiere de un pueblo educado para que no llegue a constituir un peligro, colonizando al país incapaz de asimilarla.


 

Otro de sus libros: Recuerdos de Provincia, más sobrio y más maduro, el mejor de Sarmiento literariamente hablando. Representan con Facundo la tentativa lograda de hacer literatura argentina, que es decir patria; puesto que la patria consiste ante todo en la formación de un espíritu nacional cuya exterioridad sensible es el idioma. En esta obra amplió la explicación refiriendo el origen de aquella obra temprana con términos que definen inequívocamente su vocación social: "Es el fruto sazonado de aquella semilla que en mi niñez asomó la escuela de San Francisco del Monte, en la campaña semibárbara de San Luis, Desde allá venía caminando en la enseñanza de escuela en escuela, hasta llegar a la normal de Versailles y a los seminarios de Prusia, que son el pináculo de la humilde profesión de maestro. La ciencia y la carrera de la enseñanza primaria me la he inventado yo, y en despecho de la indiferencia general, he traído a la América del Sur el programa entero de la educación popular".

Su último libro la Vida de Dominguito: es también un tratado de pedagogía

Sus numerosas traducciones de libros útiles, desde el texto escolar a la biografía predilecta, robustecen su concepto de literatura. Aquellos actos de humildad en escritor tan personal y fecundo, son pruebas de su abnegación patriótica. De ahí provino su idea de la convención latinoamericana para la traducción de obras, que lo llevó a Chile en 1884, enviado por Roca como plenipotenciario intelectual.

Su originalidad para escribir, proviene en gran parte de su improvisación de periodista. Es de ocurrencias más que de expresión, excepto cuando describe el medio natal. Inicia los temas sin meditación previa. "Mis escritos se arrastran al comenzar el escrito, que no adquiere vigor sino a medida que avanza, como aquellos generales a quienes la batalla misma ilumina".

CONCLUSIONES


 

Parafraseando la famosa frase de Lincoln (Gettisburg, 19 de noviembre de 1863), se puede afirmar que Sarmiento contribuyó, como no lo hizo otro, a instituir en la Argentina la educación del pueblo, por el pueblo y para el pueblo.

Educación del pueblo: porque, combatiendo ciertos principios teológicos-políticos de una sociedad todavía apegada a las diferencias de clase y a la formación clerical, sostuvo que la educación era una función social. Implícito en este concepto están el derecho y el deber del pueblo de recibir educación, en igualdad de oportunidad, y la correspondiente obligación del gobierno de proveer a la satisfacción de esa necesidad, conforme al principio de la libertad de enseñanza, interpretado con mentalidad republicana y democrática. Su posición ante el problema de la libertad de enseñanza estuvo en todo momento perfectamente definido y sus opiniones al respecto fueron terminantes. He aquí como pudo decir:" Sin la más absoluta libertad de enseñanza el pensamiento quedaría estacionario y cerraría la puerta a todo progreso de civilización".

La propaganda sostenida por Sarmiento contribuyó, en alto grado, a formar el espíritu público favorable para la sanción de la ley 1420, consagratoria de los principios de obligatoriedad, gratuidad y laicidad.

Educación por el pueblo: porque propugnó la más amplia intervención popular en el gobierno de la enseñanza, su inspección y su sostenimiento. Según el, la inspección de las escuelas debía constituir una función mixta de comisiones populares, los rectores de las universidades o sus delegados, las autoridades municipales y un funcionario técnico del gobierno central, con mira a perfeccionar la enseñanza y a propagarla en la respectiva comunidad.

Educación para el pueblo: porque la doctrina pedagógica de Sarmiento está fundada en un peraltado concepto del hombre. La escuela debe ser el más formidable instrumento de redención de las masas "… démosle trazas para barruntar lo que llamamos civilización, libertad, elecciones populares, sistema representativo…" declaró: si llegan a comprenderlo una vez, desde cualquier otro nivel educativo, de la enseñanza primaria, la que comprende a la generalidad de los individuos, o sea la que favorece tanto al rico como al pobre, al habitante de las ciudades como al triste labrador de nuestros campos.

Para los argentinos actuales, Sarmiento es fundamentalmente un escritor, uno de los clásicos argentinos; para sus contemporáneos fue primordialmente el maestro, que sorpresivamente había llegado a ser presidente de la República. Tal imagen docente estaba ligada a las versiones autobiográficas más difundidas del prócer, especialmente a Recuerdos de Provincia.

En algunas oportunidades él mismo se confesó socialista, pero no basta, con su confesión para ubicarlo en la corriente ideológica que se inspira en Marx. Se desprende que utilizó el término socialismo por oposición al de individualismo. Creía en el progreso social, fundado en la libertad del espíritu, como supremo don de los pueblos.

El mayor afán de toda su vida fue educar al pueblo, en su conjunto, para que pudiéramos tener una nación libre y soberana.

La preocupación de Sarmiento por los problemas educativos, no podía quedar satisfecha con la difusión teórica de su doctrina pedagógica, por lo cual, materializó sus ideas en proyectos, en obras de auténtico carácter social, que le han valido, a su justo título, la consagración como el Maestro de América.


 


 


 


 


 


 


 


 


 


 


 


 


 


 


 

    TRABAJOS Y CARGOS QUE OCUPÓ DOMINGO FAUSTINO SARMIENTO.


 

  • Subteniente desde 1828, en la Guerra Civil que asoló a las Provincias Unidas del Río de la Plata, combatió en la banda liberal.
  • En 1831 durante el primer gobierno bonaerense ejercido por Juan Manuel de Rosas, marchó exiliado a Chile, donde trabajó como capataz en una mina y como profesor.
  • En 1836, regresa a su ciudad natal, continúa ejerciendo la enseñanza, hasta que en 1840 tras ser hecho preso a causa de su oposición a la dictadura de Rosas, se exilió de nuevo en Chile, para fijar su residencia un año más tarde en Santiago. En esa ciudad inició su labor de periodista.
  • En 1842 fundó El Progreso y fue nombrado director de la Escuela Nacional de Preceptores.
  • En 1843, apareció su obra titulada "Mi Defensa", presentó su Memoria sobre ortografía americana (publicada años más tarde) y un año después se publicó la "Conciencia de un niño".
  • El 2 de Mayo de 1845, comenzó a aparecer en El Progreso, su Facundo, Civilización y Barbarie, un apasionado ataque contra el régimen de Rosas. El gobierno Chileno lo envió en octubre de ese año a Europa, al Norte de África y a Norteamérica, para estudiar sus sistemas educativos y la aplicación al colonialismo occidental, periplo del que resultaría años después la publicación de su obra: Viajes por Europa, África y América entre 1845 y 1847.
  • Tras permanecer en Uruguay y Brasil llegó en Mayo de 1846 a Francia, desde donde viajó a Argelia, Italia y a otros países europeos; Estados Unidos y Canadá, antes de regresar a Chile en febrero de 1848.
  • Tres años después se unió a Justo José de Urquiza en su lucha contra Rosas y en febrero de 1852 participó en la batalla de Caseros que supuso la definitiva caída de4l dictador bonaerense.
  • En 1855 regresó a su país y se instaló en la ciudad de Buenos Aires, donde ejerció como redactor jefe del diario El Nacional y como profesor de Derecho Constitucional en la Universidad Nacional. Concejal y senador de Buenos Aires.
  • En 1850 participó en la Convención Constituyente que en 1860 reformó la Constitución de 1853 para declarar la provincia de Buenos Aires parte integrante de la Confederación Argentina.
  • Desde 1862 hasta 1864 fue gobernador de la provincia de Buenos Aires.
  • Ministro plenipotenciario argentino en Estados Unidos desde 1865 hasta 1868, regresó a Buenos Aires en Agosto de ese año, tras vencer a Bartolomé Mitre, fue elegido presidente de la República, cargo que comenzó a desempeñar el 12 de octubre siguiente. Su administración fue enérgica y progresista, extendió el comercio, mejoró el transporte, favoreció la inmigración, codificó el Derecho Civil y fomentó la enseñanza como medio indispensable de lograr el desarrollo del país. Todo ello tuvo lugar al tiempo que debía enfrentarse a los problemas relacionados con el asesinato de Urquiza en 1870 y con la rebelión de Ricardo López Jordán en Entre Ríos desde 1870 hasta 1873.
  • El 12 de octubre de 1874 finalizó su mandato y fue sucedido por Nicolás Avellaneda, que había sido ministro suyo.
  • Elegido gobernador en 1875, y nombrado director General de Escuelas de la Provincia de Buenos Aires ese mismo año, reorganizó el sistema escolar.
  • En 1879 fue ministro del Interior del Gabinete precedido por Avellaneda, cargo que ejerció durante sólo un mes.
  • Dedicado fundamentalmente a la labor de periodista, entre sus últimos escritos se destacan: Conflictos y armonías de las Razas de América (1883) y La Vida de Dominguito (una biografía de su hijastro que apareció en 1886), así como numerosos ensayos dedicados a la educación.

Falleció el 11 de Setiembre de 1888, en la ciudad paraguaya de Asunción, a donde se había dirigido con el objeto de prepara un proyecto educativo para ese país, y fue enterrado en Buenos Aires.


 


 


 


 


 


 


 


 


 


 


 


 


 


 


 

    


 

BIBLIOGRAFÍA

  • Bravo, Héctor Félix: "Sarmiento, pedagogo social". Editorial Universitaria de Buenos Aires. Buenos Aires, 1965.


     

  • Lugones, Leopoldo: "Historia de Sarmiento". Estudio Preliminar de Juan Carlos Ghiano, Academia Argentina de Letras. Buenos Aires 1988.


     

  • Noé Julié:" Domingo Faustino Sarmiento, Mi Vida, Tomo I Y II. Ángel Estrada y Cía, editores. Buenos Aires. 1938.